Superpoderes – Semana Mundial del Parto y Nacimiento respetados

Ni volar, ni volverme invisible, ni tener una fuerza sobrehumana; el más grande y valioso de los superpoderes, me los han dado los partos de mis hijas.

El primero, el de Martina, por que «ví la luz». La situación que se me presentaba en cuanto atención al embarazo y parto no me gustaba, y me enfrenté a ella. Me informé, me cambié de hospital, y luché por un parto y un nacimiento en el que se respetasen nuestras necesidades, las de las dos. A día de hoy, aunque recuerdo ese momento con mucho amor, no puedo evitar pensar en que el embarazo y el parto son momentos de disfrute, de placer, en los que deberías poder confiar en que el profesional que te está atendiendo lo está haciendo según la evidencia científica, y no según creencias desfasadas que de tanto repetirse en los paritorios, se han convertido en prácticamente inamovibles. Momentos en los que  que deberías relajarte y concentrarte en la llegada al mundo de tu hijo, no en si te ponen oxitocina sin informarte de sus consecuencias, ó en si pasan 20 personas a ver tu parto invadiendo tu intimidad.

En mi segundo embarazo todo fue distinto. La experiencia es un grado, como dicen por ahí, y ahora sabía qué quería, qué no quería, y que para mí, la mejor opción, era parir en casa. Después de haber tenido un primer parto sin medicación ni complicaciones, sabía que era capaz de tener un parto normal, con la asistencia de una matrona. Tuve un parto rápido y lleno de cariño, en el que Martina fue mi mejor acompañante. Aún recuerdo su carita de emoción, y sus palabras de ánimo «¿Cómo que no puedes mami?, ¡claro que puedes!».

Los dos fueron partos totalmente diferentes, pero igualmente felices. Los dos tuvieron como resultado una niña preciosa, morenita y regordeta colocada en mi pecho desde el minuto cero. Y con los dos me sentí superwoman, así, con capa y todo. Por que nunca había hecho nada tan grande en mi vida, por que todo lo que intuía en mi interior sobre el parto y el nacimiento, era verdad.

En estos días y hasta el 25 de mayo, se celebra en todo el mundo la 11ª Semana Mundial del Parto y Nacimiento Respetado cuyo lema este año es «Birth is Empowering» que en castellano se ha traducido como «Parir es Poder». Para celebrarla, el documental Néixer se proyectará en varios puntos de España.

Que esta semana se celebre, también significa que es necesario abrir los ojos y pararnos a pensar qué está pasando. Por qué se sigue poniendo a las mujeres en potros imposibles para parir en contra de la ley de la gravedad, por qué se siguen realizando prácticas dañinas como la maniobra de Kristeller, ó las episiotomías rutinarias. Por qué se programan partos, ó directamente cesáreas. Por qué se sigue tratando el parto como algo peligroso…

Espero nunca tener que decirle a mis hijas eso de «cuando te pongan a tú bebé en brazos, se te olvidará todo», por que el parto no debería ser algo traumático por lo que pasar para olvidar cuanto antes mejor, si no una experiencia que nos llene de poder y energía y que podamos contar con una gran sonrisa en nuestros labios.

Por un parto y nacimientos respetados en todos los rincones del mundo.

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