Súper fin de semana largo el que hemos pasado estos días y en el que nos ha dado tiempo a hacer de todo menos a aburrirnos. Es más, no me importaría nada pasar una temporada con cuatro días de fiesta por semana teniendo en cuenta lo mucho que nos ha cundido.
El sábado fuimos todos a probar el brunch de Abolea (Calle Sandoval, 12), un restaurante que conocí hace unas semanas un poco de casualidad y que me pareció fantástico para una visita en familia. Su esencia se resume en cuatro pilares fundamentales: productos frescos, de calidad, proximidad y temporada. Y el resultado es una carta llena de opciones para todos los gustos.
Llegamos pronto y el ambiente era muy relajado, principalmente porque medio Madrid se había escapado de la ciudad, así que estuvimos compartiendo ese momento juntos sin mirar el reloj y disfrutando de una de sus grandes mesas de madera leyendo la prensa mientras las peques pintaban (inventazo el de Pintanpum por cierto, para llevar en el bolso y sacar en cualquier momento! súper recomendable)
Probamos las tostadas con aguacate, los huevos revueltos, pan con tomate, fruta, croissants y la tostada «abolea» (con aguacate, huevo y cebolla caramelizada…yummy!) que me muero por volver a tomar.
Al terminar fuimos derechos a la plaza de Olavide y mientras Julieta y Jose se quedaban en el parque, Martina y yo nos pasamos a comprar unas flores a Florea (Calle Quesada, 2) y a hacer una visita a Alejandra y a su preciosa librería de El Dragón Lector (Calle Sagunto, 20). Justo cuando llegamos estaba en medio de una actividad de cuentacuentos para los más pequeños, y es que todos los sábados tienen actividades relacionadas con la lectura infantil que merecen y mucho la pena y que se convierten en un plan redondo si estáis por la zona.
Por cierto, inicio campaña por aquí. ¿Qué tal si estas Navidades visitas tu librería de barrio favorita y compras un libro para cada niño de tu familia? un pequeño gesto puede tener un efecto gigante y este puede hacer que conozcas a tu librero (son personas interesantísimas!), que un niño se apasione por la lectura, que una librería se mantenga abierta, y que el mundo sea un lugar mejor gracias al consumo de proximidad. ¿Te animas?
Terminamos nuestra ruta paseando por la Calle Fuencarral y parando en cada columpio hasta que Julieta decidió que no podía más y se quedó KO. Llevábamos una temporada saliendo sin silla y haciendo brazos cuando se cansaba, pero era poco práctico, especialmente si salíamos de casa durante muchas horas, así que probamos el modelo GB Pockit Plus y estamos felices. Se pliega y despliega en un movimiento, cabe en una bolsa de tela, se guarda en cualquier rincón, no pesa nada, es genial para ir en metro o bus (que es como mejor nos movemos por Madrid), y además este modelo se puede reclinar casi totalmente, perfecto para siestas en ruta.
¿Habéis aprovechado el puente haciendo alguna escapada, o habéis disfrutado de vuestra ciudad? ¿Alguna recomendación para nuestras próximas rutas?
Martina lleva falda de tul de Susi Sweet Dress y cesta de No place like home (aquí). Yo llevo esta falda de Marola y bailarinas de The Garbeo Company (ya no tienen en rojo pero su nueva colección es preciosa)