Despertar a tu lado, con tus manitas acariciando mi cara.
Despertar despacio, y que llenes el silencio de la casa con tus balbuceos, y a mi, que nunca se me pudo hablan antes de un café, ahora tus ruiditos me sacan la sonrisa mientras hago el zumo.
Tengo mil cosas que hacer hoy, y otras mil que dejé ayer sin hacer, pero llueve ahí fuera, y tú te acurrucas en mi pecho bostezando.
Por que a ti no te importa cuantas horas tiene el día, ni cuantos días la semana. Tú sólo quieres que me tumbe contigo bajo nuestra manta multicolor, y escuche tu respiración al compás de las gotas de lluvia.
No tardas ni medi segundo en convencerme. No cambiaría este momento por nada del mundo.