«Padres felices, niños felices». Parece una afirmación muy lógica y fácil de entender, ¿verdad? y sin embargo, cuánto nos cuesta entenderla realmente para poder aplicarla a nuestro día a día y la crianza de nuestros hijos.
Esta frase también es el título del ciclo de conferencias organizado por Javier Orti, fundador y director de Helpingkids, y a cuyo primer seminario tuve la suerte de poder asistir el pasado sábado. Javier es especialista en Programación Neuro Linguística (PNL), una de las técnicas más avanzadas para el conocimiento propio y el desarrollo personal, y vive en Londres con su mujer y sus hijas.
Objetivo
Me sorprendió mucho el enfoque del seminario y es que en vez de centrarse en el niño, o en las cosas que como padres debemos cambiar para relacionarnos con ellos, Javier intenta (y consigue!) que nos centremos en nosotros, y redescubramos nuestras motivaciones, habilidades y capacidades, por que si no tenemos creemos en nosotros mismo, ¿cómo vamos a creer en nuestros hijos y trasladarles a ellos esa capacidad?
No se puede dar lo que no se tiene, y si queremos hijos con confianza en sí mismos, debemos primero confiar en nosotros para poder confiar en ellos. Si queremos hijos con autoestima, la nuestra debe estar en plena forma!
Claves
Durante las casi 5 horas que estuvimos trabajando en nosotros, Javier nos dio varias claves para que la comunicación con nuestros hijos fluyera en ambas direcciones y la relación con ellos fuera respetuosa y sana. Estos son algunos de los puntos que considero esenciales:
– Confiar en ellos. Creer en nuestros hijos es fundamental si queremos que ellos confíen en nosotros y en ellos mismos. Que sepan que sus personas de referencia siempre van a valorarles por lo que son, y hacerles saber que son capaces de hacer cualquier cosa.
– Apoyarles en sus decisiones, y darles poder e independencia. Un ejemplo en la vida diaria podría ser: que elijan la ropa que quieren ponerse, que decidan cuánto quieren comer, o respetar su deseo de dar o no un beso. Eso les hará sentirse que tienen poder de decisión sobre algunos aspectos de su vida, y hará que la frustración disminuya.
– Poner nuestro foco de atención en lo positivo. O lo que también se llama «refuerzo positivo». Para mí esta técnica tiene doble efecto. En Martina, por que su cambio de actitud es notable ( a todos nos gusta que nos digan lo bien que hacemos algo, o que algo que hacemos es realmente especial, no?), y en mí por que al centrarme en lo positivo estoy más relajada, más abierta, más feliz, y si tenemos algún día menos bueno y consigo darle la vuelta así, nuestra relación cambia inmediatamente.
– Disculparse. No somos perfectos, no nacimos siendo padres y todos, todos los días aprendemos a serlo por que todos, todos los días ellos son niños distintos, y nosotros intentamos ser flexibles y adaptarnos a las circunstancias para poder resolverlas lo mejor posible. Pero a veces nos equivocamos, o como diría Javier, aprendemos que podríamos haber manejado mejor la situación, y disculparnos ante nuestros hijos no es ningún error, sino que les enseña lecciones como que todo el mundo tiene derecho a equivocarse, que es importante hablar sobre lo ocurrido, y que antes que padres, somos personas.
Conclusiones
Durante todo el seminario tuve muy presente a Martina, su personalidad, nuestros momentos malos, qué hacer para ser mejor madre para ella… y descubrí muchas cosas sobre mí que me hicieron reflexionar, pero quizá lo más importante fue experimentar como a través del pensamiento positivo y el optimismo, llegaba a un estado de calma y relajación que «me llevé» a casa esa tarde y que pude transmitirle a ella.
Si queréis más info sobre futuros seminarios, podéis contactar con Javier a través de: info@helpingkids.co.uk . Yo por mi parte os dejo con la canción que me hace sentir ese positivismo, y que Martina y yo bailamos por casa para liberar energía. ¡Feliz lunes!