Desde pequeña me ha encantado la noche del 23 de Junio. Recuerdo que en mi barrio se hacían hogueras, bailes y fuegos artificiales en esa noche e ir allí con mis amigos era algo mágico.
Pero desde hace tres años se han añadido más recuerdos a estos de adolescente. Recuerdos de una noche en la que mi ya marido y yo quisimos hacer partícipes de nuestra felicidad a nuestras familias y amigos y no se nos ocurrió mejor manera que celebrando una fiesta. Nuestra fiesta del amor.
Reunimos a todos en una casa rural de un pueblo precioso de la arquitectura negra de Guadalajara que habíamos visitado en varias ocasiones y cuyo entorno nos encantaba y les sorprendimos con una fiesta diferente y única con momentos muy especiales.
Una vez más, no me compliqué demasiado con el vestuario. Elegí un vestido sencillo y con un poco de rollo campestre, los preciosos pendientes de boda de mi abuela, y un ramo de hortensias que encargué a Brumalis y que fue mi «algo azul».
Teníamos la opción de «contratar» a un juez de paz que nos hiciera una ceremonia, pero en su lugar escribimos por separado unos votos que nos dijimos el uno al otro delante de todos, llenos de nervios y de emoción. Ninguno sabía que había escrito el otro, y cuando los leímos parecía un poema compuesto a medias… Fue verdaderamente emocionante y desde aquí quiero agradecerle a mi chico que accediera a hacerme ese regalo tan bonito, venciendo su timidez y llevándome a mí y a todos a las lágrimas.
Hubo varios detalles DIY como las invitaciones, a las que até espigas de trigo una a una, para hacerle un guiño al verano, unos (cientos de) botes de cristal de mermelada y conservas que decoré con encaje y cuerda y que sirvieron de portavelas con los que decoré todo el recinto, o una cápsula del tiempo en la que los invitados nos dejaban mensajes que leeríamos en nuestro primer aniversario, pero todo eso da para otro post!
Con el entorno tan maravilloso que teníamos, no fue difícil encontrar el sitio perfecto para las fotos en pareja que nos muestran tal y como estábamos; divertidos, relajados, felices y muy muy muy enamorados.
Fueron días preciosos que siempre recordaremos, y que harán que la noche de San Juan y su magia cobren un nuevo significado. ¡Gracias por todos los mensajes de felicitación y cariño en estos días!