Vale, reconozco que me cuesta soltar el verano y la primera semana del cambio de hora no hago más que protestar por lo pronto que se hace de noche, pero en seguida me descubro feliz calentándome las manos con una taza de café, teniendo una sesión de peli, sofá y manta, o cayendo en brazos de Morfeo arropada hasta las cejas.
Ese momento en el que te metes en la cama recién duchada, con las sábanas limpias, y sientes como el edredón te abraza y te hace una crisálida alrededor es uno de los grandes placeres del frío, ¿estamos de acuerdo?
Y aunque yo soy de las que con las primeras noches fresquitas de septiembre ya empezó a añadir ropa a la cama, sabía que en cuanto bajaran un poco las temperaturas me tocaría buscar un nuevo edredón para sustituir al que nos había acompañado durante algunos años.
Desde hacía algún tiempo había oído hablar de la empresa Tediber y de la calidad de sus productos, así que cuando me contactaron para probar su edredón y almohadas y contaros nuestra experiencia con ellos, mis expectativas fueron de base muy altas. Y desde el principio no defraudaron.
La entrega se hizo en dos cajas de cartón (que durante semanas estuvieron danzando por casa siendo barcas, aviones, y naves espaciales…), una con el edredón doblado sin estar apelmazado, y la otra con ambas almohadas dentro de maxi bolsas de tela (súper prácticas para ir a la compra o llevar sábanas a la lavandería cuando no para de llover) junto con un aceite esencial de L’occitane.
Probamos el edredón de Tediber esa misma noche y nos encantó lo cálido y a la vez ligero que es. Está realizado al 50% en copos de microficha y al 50% en plumas y plumón lo que garantiza su calidez a prueba de frioleras como yo y tiene un volumen y esponjosidad que hace extra complicado salir de la cama por la mañana… es el único inconveniente que le veo, la verdad.
En casa no tenemos alergias, pero si las tuviéramos sería la elección más acertada ya que las plumas y el plumón del edredón de Tediber reciben un tratamiento natural a base de aceite vegetal de Neem con certificado Proneem y además son esterilizados a 120°C lo que lo convierte en hipoalergénico y antiácaros.
Las almohadas también han sido un acierto porque combinan las características que buscamos en ellas: que sean firmes, pero mullidas a la vez, que se adapten fácilmente pero que vuelvan a su forma original, y que permitan el paso de aire para que regulen la temperatura.
Tanto el edredón como las almohadas de Tediber se pueden lavar a 40º y utilizar secadora en ciclo suave. Tienen garantía de 5 años y puedes probarlos durante 100 noches y devolverlos de manera gratuita si no te han convencido.
Además, todos los componentes de sus productos son de bajo impacto ambiental, y han obtenido el certificado Oeko-tex Standard 100, la etiqueta ecológica líder mundial para los artículos textiles que determina que no contienen sustancias nocivas.
Nuestra experiencia está siendo fantástica así que no puedo más que recomendaros la marca si estáis en pleno cambio de colchón, edredón o almohadas. Aunque advierto de que hay grandes posibilidades de que tengas pequeños invasores en la cama 😉