Lo confieso, reconozco que en cuanto a temas tecnológicos me siento pez total. Todo avanza demasiado rápido y siento que se me escapa, sobretodo cuando veo la soltura con la que se manejan las peques, son verdaderas nativas digitales y no hay botón ni pantalla que se les resista.
En casa no fomentamos el uso de tablets, móviles ni de nada que lleve pilas. La tele está limitada a un rato de dibujos los fines de semana por la mañana y a alguna peli en familia. ¿Por qué? no lo sé. Me parece bien así. Supongo que ya tendrán tiempo (mucho, me temo) para familiarizarse con ello, y por ahora lo único que me quiero es que jueguen, mucho, pero entre ellas, o con juguetes de toda la vida, que corran, lean, pinten, hagan puzzles, construcciones, churros de plastilina…
Suena de chiste, ¿verdad? con una madre «adicta» a Instagram, que prácticamente vive con el móvil en la mano y con este tipo de restricciones para con sus hijas… pero precisamente por eso me gustaría que sean ellas las que usen la tecnología y no al revés.
Por eso, cuando recibimos la invitación de Esther y Diana de Handbox para probar junto con las familias de Lucía de Baballa y Raquel de Petit On el nuevo HP Sprout en su (precioso!) estudio, supe que sería un buen plan. Para quien no conozca el proyecto, Handbox es la primera comunidad de blogs «Do it yourself», o amantes de lo hecho a mano, así que tenía claro que si la propuesta venía de ellas, la tecnología que descubriríamos sería de la que se pone a nuestra disposición para ayudarnos a crear.
No podía estar más acertada. El taller impartido por «La Sra Cricket» consistía en crear nuestro propio cuento utilizando objetos que habíamos traído de casa, y también muchos allí disponibles, que podíamos escanear en segundos para que formaran parte de nuestra historia. Las posibilidades, como os imaginaréis, son infinitas… muñecos, ropa, gominolas, purpurina, y hasta nuestra propia cara! y para Martina y para mí una manera más que atractiva de acercarnos a la tecnología.
Yo era la primera vez que me «enfrentaba» a un ordenador con alfombrilla digital en vez de teclado y cuando todavía andaba pensando a qué «tecla» darle, Martina ya estaba manejándolo como si llevara toda la vida con él. «Vamos a meter a la sirenita dentro de la pantalla y hacemos un cuento de sirenas, mami», «Pon estas monedas para que hagamos que se encuentra un tesoro», «Mira estas gominolas, pueden ser los peces! y las pegatinas de estrella las estrellas de mar!». Estaba emocionada por probar todas las posibilidades que ofrecía, todo lo que podía crear con la imaginación como único límite.
Cuando terminamos nuestro cuento (gracias Almudena por ayudarnos a encuadernarlo bonito), Martina quiso investigar más allá y estuvo probando algunas de las aplicaciones como la de colorear de Crayola, o el piano y como no estaba encantada con tener un ordenador «para ella sola».
La guinda del pastel lo puso la fantástica merienda que nos preparó Laura, repleta de dulces y chuches (que en casa también están bastante vetados, la verdad…) y que estaba riquísima. Un súper planazo perfecto para la peque, que en una misma tarde tuvo las tres cosas cuyo acceso tiene más restringido, la tecnología, el azúcar, y el tiempo a solas conmigo…
Gracias a Handbox y a HP por esta invitación tan genial, y a «Sra Cricket» por ser tan maravillosamente paciente con Martina y ayudarla, nuestro cuento de sirenas pasará a ser uno de nuestros favoritos y ¿quien sabe? quizá este sea el comienzo para lanzarnos y algún día ¡editar nuestro propio libro!
Si alguno de vosotros quiere probar y vivir la experiencia HP Sprout, el 16 de octubre podrá hacerlo con Sprout en el Corte Inglés de Pozuelo (Madrid) de la mano de Handbox. ¡No os lo perdáis!