Desde siempre he sentido especial atracción por los muebles de madera «de verdad», de esos que duran años y nunca te aburres de ellos… incluso de vez en cuando fantaseo con tener una casita con un pequeño taller en el que arreglar piezas que me encuentro por la calle abandonadas por alguien que probablemente sólo ve «un trasto viejo» que ocupa sitio.
Hace ya dos primaveras, conocí a Picapino en el Nómada Market. Martina apenas tenía dos años y medio, y cuando llegamos a su stand se quedó enamorada de un carrito de madera que paseó arriba y abajo mientras yo observaba (y me enamoraba también) de cada uno de sus muebles, especialmente de los infantiles.
Dos años después de seguir sus aventuras en Facebook (no os perdáis sus post, son tronchantes), siento que les conozco un poco más, y por eso me atreví a pedirles una entrevista para contarlo por aquí y que vosotros los conozcáis también, si es que no lo hacéis ya.
¿Cuál es el motor de vuestra inspiración?
Y nuestros hijos… a quienes observamos mucho y hacemos cosas para ellos en el taller intentando buscar aquello que les mantenga entretenidos un rato largo para poder hacer algo. Algunas cosas son una chorrada, otras no funcionan y otras triunfan (esto quiere decir que están al menos 10 min con ello) y pensamos que lo mismo pueden gustarle a otros niños y niñas, así que las hacemos para vender y liberar a padres o madres en la misma necesidad de espacio vital!
Si tuvierais que rescatar una sola pieza vuestra de un incendio, ¿cuál sería?
Noooooo, no rescataría ninguna y así me daría la excusa perfecta para poder redecorar la casa otra vez, jejejeje (esto espero que no lo lea Javi…) Tampoco tenemos grandes piezas pero hay un criado mudo en casa que me llevaría a dónde fuera, que rescatamos de una basura y restauramos mi madre y yo en unas clases a las que nos apuntamos hace ya…
¿Como os veis dentro de un año?
Después de dos años sin olvidarme de él, no he podido resistirme a encargar el carrito del que se enamoró Martina para que ahora lo use Julieta, o las dos! es tan bonito… y me guardo en la lista de deseos el escritorio plegable (y en ese color!) tan genial para espacios pequeños!
Mil gracias Picapino, ¡Viva el trabajo artesano, familiar y bonito!