Una de las primeras cosas que pensé cuando en diciembre del año pasado comencé mi curso profesionalizador de Marketing Digital Internacional con la UOC es que, a pesar de que sería todo un reto, su formato y metodología encajaban perfectamente con mi ritmo de vida personal y profesional. Ahora además, después de estas semanas de confinamiento en las que tanto el teletrabajo como la formación online están siendo la única opción, me alegro aún más de haber elegido esta modalidad y de todas las comodidades que ofrece a la hora de querer continuar formándote.
Nuestra rutina, como la de todas las familias, ha cambiado mucho en las últimas semanas. Ahora que tenemos que compartir espacio y tiempo las 24 horas del día, ya no me resulta tan sencillo encontrar momentos de silencio y tranquilidad para dedicar al curso, pero la buena noticia es que con un poco de organización, he conseguido seguir al día.
Una vez tuvimos claro que nos esperaba una larga temporada de compartir tiempo y espacios y que tendríamos que organizar nuestros horarios de algún modo, hicimos entre todos una programación en la que el tiempo se reparte más o menos así:
8:00/9:00 nos despertamos y desayunamos juntos. Hacemos lo básico de la casa (camas, recoger un poco, pasar aspiradora). Aseo y vestirse.
9:00/10:00 Hora de lectura para ellas (tienen 9 y 6 años y ya leen solas) y tiempo de gestionar emails y mensajes en redes sociales para mí.
10:00/13:00 Nos ponemos con sus tareas de colegio. Por lo general compartimos la mesa del comedor y mientras ellas hacen sus trabajos (y me preguntan a cada minuto), yo me pongo a trabajar en el ordenador redactando textos, buscando inspiración o gestionando la creación de contenido para la semana.
13:00/14:00 paramos y comenzamos a recoger todo el material y a preparar la comida, poner la mesa y demás.
14:00/15:00 comemos tranquilamente, recogemos la mesa y la cocina y planemos la tarde.
Todavía no he sacado un momento para ponerme a estudiar y ya ha pasado la mañana, pero después de comer llega el turno de la peli de sobremesa para las peques, y para mí el momento en el que aprovecho para ponerme al día.
Como el tiempo del que dispongo es limitado, tengo que exprimir al máximo los momentos que dedico al estudio. Os comparto algunas cosas que he puesto en marcha desde que comencé a estudiar online y que me están dando buenos resultados:
- Compromiso con una misma
Comprometerte a sacar una cantidad de tiempo específica y accesible según tu realidad, pero que puedas hacerlo a diario. En mi caso he considerado que una hora en ese tramo en el que ven una película es viable y me cunde suficiente.
- Disponer de tu propio espacio, aunque sea mínimo
Una vez llegue tu momento, tener tu propio espacio con el material necesario para no perder mucho tiempo es esencial, y a poder ser, que ese sea un lugar en el que puedas tener silencio y concentración. En mi caso ese lugar ha sido un rincón de mi habitación en el que he habilitado la mesa de escritorio y la silla que tenía en el salón y de momento no me va mal. Sólo hace falta un espacio en el que puedas trabajar cómodamente y en el que sepas que durante tu tiempo de estudio vas a disponer de tranquilidad.
- Planificación y lista de tareas
Una de las cosas que más me gustan de la UOC es su sistema de evaluación continua, que se hace a través de la entrega de PECs (pruebas de evaluación continua) establecidas desde el inicio. Esto me permite tener muy claras las fechas de entrega y organizarme en función de éstas.
Además, en mi caso recibo emails con indicaciones de mi profesor los jueves de cada semana, con lo que ese es el día que utilizo para organizar el resto de la semana y repartir las tareas de cada día para que el miércoles de la siguiente ya esté todo organizado y listo para enviar. De esta manera organizo y controlo lo que puedo asumir en 7 horas semanales (que aunque no lo creáis, ¡dan para mucho!).
Y no solo planifico la semana, sino que diariamente lo primero que hago frente al ordenador es conectarme al campus virtual y consultar los mensajes del Aula para escribir una lista de tareas por orden de importancia, urgencia y nivel de concentración. Por ejemplo, las lecturas siempre las dejo para el final, porque es algo que puedo hacer en un momento en el que no necesite tanto silencio, pero si tengo una entrega de un trabajo a la vista o debo consultar los manuales, eso siempre está en primera posición.
- Rutina y hábito
Por último, para mí ha sido fundamental cumplir esta rutina sin excepciones para convertirlo en un hábito. Por ejemplo, aunque una semana tenga menos trabajo y por tanto pudiera saltarme alguna de estas horas, seguir con mi compromiso diario de una hora al día me permite mantener el ritmo y no desconectarme en ningún momento de la formación. De esa manera, aunque sea durante una cantidad mínima de tiempo, estudiar se convierte en un hábito ya integrado en mi día a día.
Tras varios meses estudiando online debo decir que gracias a esta organización y compromiso diario he podido seguir formándome, ¡y esto es algo que parecía imposible con mi ritmo de vida! También es cierto que el sistema educativo de la UOC y la facilidad y accesibilidad a su campus me han permitido encajarlo 100% en mi día a día y esto es algo que valoro muchísimo. Así que si tu también estás pensando lanzarte a la piscina, yo te animo: papel y boli, organización…. ¡y adelante!