Pequeña Martina, ya tienes 7 años… tu primera infancia se ha marchado en un suspiro y creo que este es el primer año en el que no siento nostalgia (o al menos no tan acentuada) por la niña pequeña que fuiste, sino orgullo por la maravillosa niña en la que te has convertido.
Si tuviera que destacar algo de ti sería tu infinita bondad. Eres BUENA con mayúsculas. No estoy hablando de que te portes bien o de que hagas caso, eso no tiene nada que ver con lo que yo entiendo por buena. Hablo de tu empatía, de tu sufrimiento con las injusticias, de que siempre que tienes oportunidad intentas ayudar, de tu compasión…
Creces pero conservas la inocencia, la mirada de pequeña, la sonrisa pícara. Y aunque criarte me parece todo un reto, cada vez son más los días en los que pienso que no lo estamos haciendo tan mal. En mi interior sé que vamos a dejar una buena persona en este mundo. Alguien respetuoso con el resto, con el entorno. Alguien consciente y consecuente. No aspiro a nada más, ni a nada menos.
La lección más básica, la que más me ha costado aprender y también la más sencilla de aplicar es la de dejarte ser. Cada vez reniego más del término «educar» y me acojo más al de «acompañar», y es que no hay nada que yo pueda hacer para que seas más maravillosa de lo que ya vienes de serie. Yo soy la que aprende de ti cada día, de tu manera de ver el mundo, de tu forma de ser y de enfrentarte a las situaciones. Yo soy la que se queda embobada mirándote caminar por la vida, la que no da a basto a coger apuntes de todas tus lecciones, la que a veces se encuentra superada por la cantidad de conocimientos que vuelcas en mí a lo largo del día y acabo con la cabeza en modo centrifugado.
Este año has querido que tu fiesta fuera de Wonder Woman, y la elección no ha podido ser más acertada mi amor. Tú eres mi chica maravilla, mi superheroína bondadosa, la que hace mi mundo mejor cada día, por quien intento ser mejor cada día, y mi ejemplo a seguir.
Nos queda mucho por crecer juntas, pequeña. Dame la mano y agarrémonos fuerte, que no me quiero perder nada de la vida que te espera.
Te quiero infinito,
Mamá
El miércoles publicaré su fiesta de cumple, pero quería que este post moñas fuera independiente… al fin y al cabo este blog comenzó siendo un diario de vida, y así quiero que continue el tiempo que haga falta.
Aprovecho para agradecer todas las felicitaciones que hemos recibido por su cumple y los comentarios preciosos. Gracias por acompañarnos un año más!