Hay algo mejor que tenerte como compañero, amor mío. Y es que las niñas te tengan como papá…
Más que felicidades lo que quiero es darte las gracias… Gracias por leer con interés cuánto artículo sobre parto respetado te pasaba durante el embarazo de Martina, por apoyarme desde el minuto cero cuando quise que Julieta naciera en nuestra casa.
Por confiar en mí más que en lo que dijera cualquier matrona, ginecólogo, enfermera, pediatra…
Por apoyar nuestras lactancias, sin inseguridades, sin presión…ayudándonos tanto en los momentos críticos, alimentándome mientras yo alimentaba, proporcionándome descanso y momentos de paz, en los que lo único que tenía que hacer era conectar con nuestras hijas.
Por no poner ni peros ni pegas al porteo, al colecho, al baby led weaning, a criar con amor, con paciencia, acompañando sus caminos desde el respeto.
Por cuidar de Martina, cuando yo tuve que volver a trabajar, evitando así que fuera a la guarde el primer año de su vida.
Por llenarte de arena con ella, y montarla en los columpios, acompañándola en el juego y dejándola experimentar libremente. Por todos los cuentos que lees, y por los que te inventas (que son siempre los mejores).
Por llenarlas de besos desde el primer día…y de abrazos y brazos, y caricias y pedorretas.
Por enseñarlas algo nuevo todos los días, y celebrar cada paso con ellas desde el asombro, viendo el mundo de nuevo a través de sus ojos.
Por hacer que me re-enamore de ti cada día, sólo viendo cuánto las quieres…cuánto nos quieres. Por hacer realidad mi sueño de tener esta familia, y por hacer que sea incluso mejor que mi sueño.
Por muchísimos más días del padre a tu lado. En 19 de Marzo, o en el día que toque…
Te queremos.